Sin ventas no hay cobros

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El boom heladero en Chile

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En el país se consumen más de 160 millones de litros al año, cifra para tener en cuenta en el rubro de gastronomía y servicios

Suele ser un postre sacador de apuros, que gusta a grandes y chicos, en invierno y verano. También se toma en vasitos o barquillos, a la hora del té o como un snack a cualquier hora. Puede ser una sencilla cassata -como la conocían nuestros abuelos- o un ultrapremium de sabores cosmopolitas. Caminando o sentado frente a la TV, tomarse un helado es un placer que compartimos en el país, de norte a sur. Ya sea comprado en un kiosko o almacén o en una heladería artesanal, son pocos los que se resisten a un helado.

En este escenario, la pandemia trajo un alza en las ventas de los helados. De acuerdo a la marca Nestlé, gran productora de helados, éstos anotan ventas por $519 mil millones al año. El segmento premium es el que más se benefició con el incremento del consumo de helados. Las ventas de esta categoría ya alcanzan al 25% del total de los helados, según datos entregados por la marca San Francisco de Loncomilla. Estos helados más cremosos, de sabores más exóticos y originales, con toppings e ingredientes de mayor calidad, han cautivado a los chilenos al punto de que según un reportaje de La Tercera se han convertido en el “driver que está impulsando las ventas de la industria”.

Según una nota del sitio Publimark.cl, el consumo per cápita de helados en nuestro país es de 11 kilos en promedio por habitante al año. La cifra nos deja como el país latinoamericano que más helados come en el año, echando por tierra el componente estacional que solía asociarse a este producto.

De la mano del auge por la demanda de helados, vienen otros fenómenos que impactan en el rubro gastronómico y en supermercados y almacenes del comercio formal.

Por una parte florecen emprendimientos como las heladerías artesanales e independientes (también llamadas de autor). Por otro, aumenta la oferta de helados y postres-helados más masivos e industriales, así como las marcas nacionales e importadas en el canal minorista. Incluso se han puesto de moda las máquinas para hacer helados en las casas, favoreciendo la venta de electrodomésticos e insumos para fabricarlos, desde la leche hasta las frutas.

A la ya amplia gama de helados premium se han venido sumando dos nuevos conceptos: los helados ultrapremium y los funcionales. Se trata de helados más caros, más de nicho, que se diferencian por sus atributos exclusivos. Por ejemplo, hay algunos con toques botánicos o con distintos tipos de alcohol, lo que los hace muy atractivos para consumidores adultos y adultos jóvenes abiertos a modas y novedades culinarias. Los funcionales, en tanto, son elaborados con plantas, sin azúcar y/o con otros ingredientes veganos, amigables con el medio ambiente o sustentables. Estos también apelan a un público jóven que practica el consumo consciente y saludable.

Para mayor información, ver este análisis de Informes de Expertos, empresa de investigación de mercado.