¡De todo! Cristina Catalán maneja la contabilidad y las finanzas, supervisa las importaciones de repuestos, instalación de motores y el acondicionamiento de autos de carreras. Se relaciona con los clientes, postea y comenta encuentros tuercas en Facebook y escribe columnas en revistas especializadas. Opina sobre autos en programas de TV y radio, conversa de herramientas y aceites con los mecánicos…

Por eso, cuesta creer que hace menos de tres años Cristina no sabía ni manejar. Con esfuerzo y tesón se empeñó en romper el estereotipo de la mujer solo como promotora al lado del auto. "Ahora, yo hablo de tú a tú con un mecánico", cuenta con orgullo.

Su pareja y socio, Álvaro Morales, siempre fue "fierrero y fanático de los autos". Cristina, administradora de empresas y contadora de profesión, tuvo la visión de que el hobbie de su pololo podía profesionalizarse y convertirse en negocio familiar. "Vi una oportunidad de negocio y al final me conquistaron los autos", cuenta con toda sinceridad. "Armamos una sociedad 50% y 50%, trabajamos juntos, nos respetamos y complementamos", asegura.

Estrategia de confiabilidad

Ambos elaboraron una estrategia que probó ser fundamental para insertarse en este rubro, la confiabilidad. "Nos interesa que el cliente sepa qué le hacemos a su auto, qué le cobramos y que aprenda cómo funciona su vehículo", relata Cristina y añade que la transparencia ha sido la clave para fidelizar. "Explicamos cada cosa que hacemos, usamos los mejores repuestos e insumos y muchas veces somos más baratos porque no hacemos cosas innecesarias. Por eso nuestros clientes vuelven y nos recomiendan", cuenta.

Su crecimiento ha sido paulatino, pero sólido. Partieron con un mecánico y ahora ya tienen cuatro. Operan como taller automotriz integral para autos convencionales de todas las marcas y también ofrecen una línea de "alta gama" para autos de fuerte desempeño o competencia. El local donde atienden no da abasto y están analizando abrir una sucursal o cambiarse a un espacio más amplio donde puedan satisfacer mejor la demanda.

"Desde el día uno trabajamos con Transbank", agrega Cristina. Explica que ha sido fundamental para diferenciarse de otros talleres. "Es más cómodo para el cliente porque no tiene que pasar a sacar el efectivo para pagarte y ayuda a que el cliente te vea más profesional", concluye.