Comprar y comer, la sabrosa dupla del marketing experiencial

Noticias:

Comprar y comer, la sabrosa dupla del marketing experiencial

Compartir:

"Guatita llena, corazón contento" también aplica al comercio.

Algunas grandes tiendas internacionales descubrieron una nueva forma de ganarse el corazón de los consumidores a través de sus estómagos.

Tal cual lees... “guatita llena, consumidor feliz” podría ser el mantra de esta estrategia para captar consumidores. El  objetivo de fondo es ofrecer una experiencia sensorial, con olores y sabores, apelando al placer de comer, algo que el comercio electrónico no puede hacer. Además se busca agregar a la experiencia de compra la posibilidad de que el consumidor se regale una pausa, pueda comer algo rico dentro de una tienda, reponiendo energías ya sea con un café o un jugo natural o incluso con opciones más radicales como un menú cinco estrellas. Y de paso que asocie esta experiencia gratificante y satisfactoria con la tienda o comercio que lo ofrece.

Stella 34

Hace un tiempo que las grandes tiendas incorporaron pasillos gourmet y abrieron cafeterías al paso para sus clientes. Hoy algunas tiendas por departamento han dado un paso más agresivo en esta dirección. Un ejemplo notable es la llegada de la Trattoria Stella 34 al sexto piso de la emblemática tienda Macy´s en el corazón de Nueva York.  Este premiado restorán -oriundo de Florencia-  ofrece excelente comida italiana a la carta y también un sector autoservicio. Un restorán de lujo dentro de la tienda.

Urban Outfitter

Urban Outfitter -marca muy del gusto del público hipster-  también sorprendió con alianzas con connotados chefs, quienes abrieron sendos restaurantes en algunas de sus tiendas más grandes, en NY, Brooklyn y Los Ángeles.

La tienda japonesa Uniqlo -famosa por su ropa cosmopolita y deportiva- realizó una alianza con Starbucks, también en su local de la Gran Manzana. Ahora es posible sentarse con un latte y hacer un descanso “comestible”.

Uniqlo

El comercio pequeño también se ha percatado del buen maridaje entre “shopping” y comida. Vemos como han proliferado tiendas híbridas. Hay cafeterías-boutiques, peluquerías con salad bars o almuerzos livianos o restaurantes insertos en las tiendas de los museos. La creatividad no tiene límites para la sabrosa dupla comprar y comer.