Producto de la globalización, el dinamismo de la economía y los problemas de algunos países en América Latina, Asia y África, Chile se ha convertido en el último tiempo en un buen lugar de acogida para extranjeros.

Las cifras señalan que el número total de inmigrantes que viven en nuestro país se ha triplicado solo en 20 años. De hecho, según el Censo de 2012, son casi 350 mil los extranjeros residentes, es decir, un 2% de nuestra población total… número que crece año a año. Y casi el 70% de ellos provienen de Sudamérica, principalmente peruanos, argentinos, colombianos, bolivianos y ecuatorianos.

Ante este panorama, ¿cuál es la oportunidad para las marcas y comercios?

Esta creciente diversidad racial y cultural implica pensar en un nuevo concepto para el retail y los servicios: la integración, que significa incorporar esta nueva masa de consumidores como potenciales nuevos clientes, con sus particulares necesidades, gustos y costumbres, un mercado más rico, variado y amplio.

Nuevos productos, nuevos ingredientes para la cocina, nuevos colores en la ropa y vestimenta, todo enfocado en la multiculturalidad. Y no solo en sectores y barrios determinados, sino para todo el comercio.

Es así que algunas cadenas e instituciones han dado algunos pasos: en supermercados se puede encontrar rocoto o coliza peruana; algunos colegios y escuelas promueven días de diversas naciones; servicios de belleza ya piensan en distintas tonalidades de piel y tipos de pelos. Además de restoranes, conjuntos de música y baile… Para una sociedad chilena cada vez más globalizada y diversa.