Sin lograr compatibilizar un trabajo de horario fijo con el tiempo que necesitaba para las terapias de su tercer hijo, Ana María, diseñadora de profesión, empezó a pensar en una alternativa laboral. Lanzar una línea de hummus fue una idea que nació tras conocer esta pasta de garbanzos mientras vivió en España con su marido y niños. “Siempre he tenido alma emprendedora, pero nunca le había metido cabeza al 100%. Mis hijos tienen alergias alimentarias y son fanáticos de las legumbres. Así comencé a darle vuelta a cómo generar un producto que tuviese más variedad de sabores y colores”, cuenta.

Con su papá-socio son fanáticos de comer rico y saludable. La buena comida siempre ha sido un tema importante para ellos “porque convoca y reúne”. Así desarrollaron “un producto integral en todo sentido, desde su envase hasta su receta”.

Los inicios

El proyecto partió de forma muy artesanal, en su cocina, vendiendo a amigos y conocidos que se pasaban el dato -literalmente- de boca en boca. Al poco andar mostraron sus hummus en una feria gastronómica con mucho éxito. “Decidimos tomarlo en serio y desarrollar un proyecto profesional”, añade. Registraron la marca, sacaron la resolución sanitaria, estudiaron las tablas calóricas, armaron la página web y se lanzaron en la aventura de echar a andar I love hummus y profesionalizar la sociedad familiar. “Jamás hubiese pensado que podría emprender con mi padre y ha sido lo mejor de todo”, confiesa Ana María.

La publicidad la hacen íntegramente en redes sociales y sus influencers. Su cuenta de Instagram tiene 15.000 seguidores. Escogen las mejores ferias gastronómicas, tanto para darse a conocer con degustaciones como para fidelizar clientes. Contactaron personalmente a las tiendas gourmet y de productos naturales de Santiago y regiones y hoy ya distribuyen a casi 90 comercios, además de realizar venta directa. A futuro esperan seguir creciendo, ampliar la oferta y contar con una línea completa de productos para toda la familia. ¡Hummus para todos!