A un año y un poco más de la pandemia, más de la mitad de los hoteles en Chile está cerrado según un reporte de Hosteltur Latam. Un golpe duro y prolongado que los ha llevado a repensarse para subsistir.

Sin turistas extranjeros ni eventos corporativos, matrimonios y otros eventos sociales,los hoteles se han tenido que reinventar para reactivar la demanda. Siguiendo estrictos -y muchas veces costosos- protocolos sanitarios exigidos por el Seremi de Salud, la industria hotelera nacional se esfuerza por mantenerse a flote con ideas novedosas y atractivas enfocadas en el público local.

¿Quiénes son los nuevos clientes en tiempos de pandemia?

Son chilenos o extranjeros avecindados en el país que viajan principalmente por motivos laborales. También connacionales que viven en regiones y viajan a Santiago por razones médicas o familiares. Delegaciones deportivas (especialmente clubes futbolísticos cuando el campeonato nacional está activo), grupos de amigos en busca de un quiebre en la rutina y escapadas de parejas en busca de desconexión o un tiempo propio fuera del hogar integran también el abanico de clientes.

En este tiempo ha aparecido un nuevo cliente que busca contar con las comodidades de una oficina en ocasiones puntuales. Para esas necesidades, los hoteles han ido ofreciendo el servicio de “room office” (pieza-oficina). El cliente toma una habitación ya sea para teletrabajar fuera de su casa, en un ambiente silencioso, cómodo y con los recursos tecnológicos para asegurar una buena conectividad. Dentro de estos pasajeros hay quienes se instalan en las piezas para tener reuniones presenciales con distancia social o a través de videollamadas.

En sintonía con los tiempos, muchos hoteles se han convertido en residencias sanitarias. Según datos de Hosteltur Latam, unos 135 establecimientos estaban funcionando como residencia sanitaria a fines de marzo 2021, lo que representaría un 18% de la oferta hotelera.

Se espera que en las próximas semanas muchos otros abran sus puertas como hoteles de tránsito después de las medidas dictadas por el MINSAL a los viajeros que arriben a nuestro país a partir del último fin de semana de marzo, que coincide con la medida de cuarentena total de la Región Metropolitana como recurso para frenar la tasa de contagios y tomar el control de la pandemia.