Las tiendas físicas buscan hoy ofrecer una experiencia de compra tanto o más ágil que la compra online.

¡Máxima fluidez en la experiencia de compra! Esta es la consigna estrella detrás de las tiendas físicas en las cuales ya no se pasa por una caja o no se interactúa con un cajero o vendedor para pagar lo que se ha comprado.

En Santiago, cada vez más tiendas por departamentos, supermercados y comercios como tiendas de conveniencia, están habilitando módulos de autoatención o sistemas de checkout en los cuales el cliente ya no se relaciona con un dependiente del local. La tecnología, el desarrollo de cámaras y sensores de última generación y la inteligencia artificial están detrás de este proceso de compra-venta-pago sin intermediarios humanos.

¿Suena futurista? Debes saber que esta tendencia ya lleva algunos años de ensayo error en Estados Unidos y Europa y hoy ya se puede ver en el retail de nuestro país. Grandes tiendas y supermercados han adaptado sus sistemas de cajas y cajeros en esta línea. Es posible pagar electrónicamente a través de teléfonos inteligentes o de aplicaciones (apps), sin necesidad de hacer una fila o pasar por un módulo de salida, ni escanear productos en una caja.

Efecto pandemia: rapidez y menor contacto

La compra automatizada -sin contacto humano- en tiendas físicas ha tenido una mayor aceptación a nivel global, dado el temor al contagio de enfermedades que el Covid dejó en nosotros. Muchas personas optan hoy por los módulos de autoatención, no solo como una alternativa más rápida, sino para evitar el contacto con un vendedor o anfitrión de la tienda, aunque estén usando mascarillas u otros elementos de protección personal.

El boom del comercio electrónico -también impulsado por las cuarentenas de la pandemia- y las plataformas de despacho en tiempos récord, han acostumbrado al consumidor a un nuevo ritmo en la experiencia de compra. La rapidez de comprar a un clic y de los sistemas de reparto han sido factores que influyen en las tiendas sin cajas y con menor presencia de vendedores, con la promesa de ofrecer una experiencia de compra rápida y sin interrupciones.

Si bien aún muchos consumidores prefieren comprar a la antigua, con un vendedor a quien hacer preguntas o entablar una conversación, hay un nuevo consumidor que ha vivido un verdadero cambio cultural en la forma en que compra. Son jóvenes con poder adquisitivo que han tenido acceso al e-commerce, acostumbrados a transacciones rápidas, sin trámites ni demoras, prácticamente sin tiempos de espera.

Este comprador altamente digitalizado quiere fluidez y eso muchas veces significa autoatenderse a su propio ritmo en las tiendas físicas.

Para conocer más sobre la tendencia “cashierless”, ver nota publicada en La Tercera .