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Los deliciosos delis:

Tendencia que siempre se reiventa

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Famosos desde hace siglos, se reposicionan acorde con los tiempos para vender comida preparada ya sea para llevar o consumir en el local.

Existen los almacenes, las tiendas de conveniencia, las tiendas gourmet y también los delis, esos comercios que se caracterizan por vender comida preparada, para servirse en el local o para llevar. Toman su nombre de la voz germano francesa “delicatessen”, término que engloba una serie de especialidades o deliciosos productos comestibles, ya sean importados o tradicionales y hechos artesanalmente.

Los delis como tiendas de comida al paso o para llevar nacieron en Alemania en 1700, con la gran idea de Dallmayr de vender comida traída desde lugares exóticos. Desde entonces esta marca sigue vigente y su modelo de venta de comida preparada ha sido adoptado en todas las grandes ciudades. La acepción original delicatessen hacía referencia a carnes curadas, las que se vendían ya preparadas y rebanadas. Fue un éxito instantáneo.

En Nueva York -cuna de legendarios delis de inmigrantes, algunos con más de un siglo de vida-, los delis judíos e italianos son verdaderos lugares de peregrinación tanto de locales como de turistas en busca de sandwiches de pastrami con pepinillos o de la auténtica mortadela itálica.

Los delis chilensis

En nuestro país se le conocen también como rotiserías, “establecimiento donde se preparan y venden comidas para llevar, especialmente asados, fiambres y quesos”, según el diccionario de la RAE. Las primeras rotiserías solían vender comida tradicional, desde patitas de chancho a pasteles de choclos, pasando por empanadas, pichangas y carnes mechadas entre otros productos cárneos ya preparados.

Hoy en el comercio santiaguino y también en regiones vemos cómo han surgido delis de barrio con un énfasis en los productos locales, de excelente calidad y factura. Carnes de ciervo, ahumados artesanales, jamones de los más diversos tipos, salmones en conserva, quesos y mucho más visten sus apetitosas vitrinas. También han aparecido en sus vitrinas y góndolas panes de masa madre con ingredientes de primer nivel, cervezas artesanales y por supuesto, vinos de garage, de esos que no se encuentran en tiendas masivas.

Otros delis nacionales se han especializado en ofrecer comida foránea. Los hay con foco en comida asiática, árabe o alemana, por ejemplo. Si bien tienen un público más de nicho, también apuestan por satisfacer la necesidad de comer algunas especialidades frescas y de calidad y que sacan de apuros cuando queda poco tiempo (o ganas) de cocinar.

Muchos de los nuevos delis, atentos a las preferencias del público, se han sumado a las tendencias alimentarias como el veganismo, al estilo sustentable y se esfuerzan por usar menos embalajes y envases reciclables. También muchos han debido incursionar en sistemas de delivery o última milla para ofrecer esta comodidad a sus clientes que no dejan de requerir sus especialidades.

El hecho de que se cocine menos en las casas ha repercutido en que los delis o rotiserías estén viviendo un boom y a la vez una gran competencia ya que el concepto deli ha entrado con fuerza en supermercados, con sectores especialmente acondicionados para comidas preparadas.

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