El social commerce crece a pasos agigantados. Al igual que el comercio electrónico esta modalidad ocurre en el mundo virtual, sin embargo su lógica tiene matices que la hacen aún más atractiva para los jóvenes consumidores, como Millenials y Generación Z.

Tal como su nombre lo dice, el social commerce o comercio social consiste en el uso de las redes sociales como canales de venta de productos. Este formato en línea aprovecha la interactividad y la masificación de las redes sociales para mejorar la experiencia de compra por parte de los clientes y aumentar el alcance de las marcas.

El social commerce no ocurre en sitios web o app de una marca establecida, sino que en redes sociales como Instagram, Facebook y Tik Tok, entre otras. Evita al consumidor tener que acudir a una tienda virtual, lo que le es más conveniente y fácil, porque le permite pasar aún más tiempo en sus espacios favoritos, descubriendo y explorando marcas y servicios, y agregar productos a sus listas de compras o carritos y completar el pago, todo sin salir de la red social.